La vitamina C ha sido siempre considerada como el elemento esencial a la hora de prevenir y curar los resfriados.
Todos escuchamos alguna vez el consejo de tomar jugo de naranja cuando estamos resfriados para curarnos, o de tomarlo antes del invierno para evitar enfermarnos. Incluso los sobrecitos de medicación para la gripe y el resfriado llevan vitamina C y tienen sabor a naranja o limón.
La vitamina C se ha propuesto para las infecciones respiratorias desde que fue aislada en la década de 1930. Se tornó particularmente popular en la década de 1970, cuando el premio Nobel Linus Pauling concluyó a partir de los ensayos controlados con placebo que la vitamina C podía prevenir y aliviar el resfriado común. Posteriormente, se realizaron más de dos docenas de nuevos ensayos. La vitamina C se ha vendido y usado ampliamente como agente preventivo y terapéutico.
Recientemente se realizo una revisión de 30 estudios sobre este tema. El objetivo de dicha revisión era determinar si la vitamina C administrada por vía oral, en dosis de 200 mg o más al día, reducía la incidencia, la duración o la gravedad del resfriado común.
La falta de efecto de la administración profiláctica de suplementos de vitamina C sobre la incidencia del resfriado común en la población general plantea dudas sobre la utilidad de esta práctica. En circunstancias especiales, en las que las personas realizan un esfuerzo físico extremo o están expuestas a un estrés significativo causado por el frío, o en ambos, la administración de suplementos de vitamina C puede tener un efecto beneficioso, pero se debe ser cauteloso al generalizar este hallazgo.
Hasta el presente, la administración terapéutica de suplementos no ha mostrado ser efectiva. No obstante, ante el consistente efecto de la vitamina C sobre la duración y la gravedad en los estudios de administración regular de suplementos, y del bajo costo y la seguridad, puede que valga la pena que los pacientes con resfriado común prueben individualmente si la vitamina C terapéutica es beneficiosa para ellos.
De todos modos, resulta fundamental en consumo diario de frutas y verduras crudas para asegurase una adecuada ingesta de esta vitamina por todos sus otras importantes funciones en nuestro organismo.
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